El Consejo de la Juventud de España (CJE) lamenta que en 2016 persistan los altos índices de siniestralidad laboral entre la población joven, según muestra la estadística del Ministerio de Empleo y Seguridad Social en su avance de datos del primer semestre de este año que revelan un crecimiento del 3,3% para el conjunto de trabajadores. Respecto a la distribución por edades, dicho avance constata que el número de accidentes laborales es más alto entre las y los jóvenes, si bien en el caso de las mujeres, los índices más elevados de siniestralidad laboral se dan, tanto en mujeres de 16 a 19 años, como entre las que tienen 50 años o más.
El CJE apunta a la precariedad como primera causa de los accidentes laborales, cuyo número, desde el comienzo de la crisis, ha ido ascendiendo en el conjunto del mercado laboral. Desde 2012 a 2014, el índice de siniestralidad laboral entre varones jóvenes creció un 2,8% y, entre las mujeres, el aumento fue del 12,3%. Temporalidad, contratos a tiempo parcial y subocupación no permiten –a juicio del CJE- organizar un sistema preventivo adecuado y, por el contrario, alimentan un terreno favorable a la proliferación de riesgos en el trabajo. El Consejo de la Juventud de España subraya que, además de los accidentes laborales, la precariedad provoca falta de autonomía en el trabajo y trastornos como estrés o ansiedad, por lo que las personas jóvenes también se ven expuestas en mayor medida a riesgos psicosociales.
La plataforma de entidades juveniles considera que la inestabilidad y la pérdida de derechos laborales contribuyen también al aumento de los accidentes de trabajo porque, en muchos casos, el personal no se atreve a exigir que se cumplan las normas de prevención de riesgos por miedo a perder el empleo. Por todo ello, el Consejo de la Juventud de España insiste en la necesidad de derogar las dos últimas reformas laborales y demanda la puesta en marcha de medidas legales que garanticen los derechos laborales y las condiciones dignas y de seguridad en el empleo. Asimismo, apuesta por incrementar los esfuerzos en prevención y en formación, “factores fundamentales para evitar los accidentes y las muertes en el trabajo y conseguir parar la tendencia ascendente de siniestralidad laboral que vivimos en los últimos años en el conjunto de la población trabajadora”.