Santiago Roncagliolo. Foto Rocío Parrilla

‘La noche de los alfileres’ es la última novela de Santiago Roncagliolo. Protagonizada por cuatro adolescentes (Carlos, Manu, Moco y Beto) relata una historia de violencia en la Lima de la década de los 90. Unos jóvenes que rompen toda barrera entre el bien y el mal.

Cuatro chicos, cuatro voces distintas y un colegio que es el microcosmos, el escenario donde se desarrolla gran parte de sus vivencias

Son los ‘raros’ de la clase en un mundo que hostiliza mucho a la gente diferente. Hoy tenemos una palabra, bullying, para referirnos a eso, pero en ese momento se consideraba lo normal y en una sociedad muy violenta la gente se vuelve más violenta. Están hartos de ser las víctimas, de ser los raros, de vivir en un mundo sin mujeres, de no poder ni siquiera salir a la calle. El libro cuenta la historia del momento en que deciden que no van a aguantar más, que se van a rebelar y van a tomar el control de sus vidas. Pero todo sale mal y se les va de las manos.

De los cuatro, ¿pudiera decirse que Carlos es el más ‘normal’?

Lo intenta, pero en algún sentido también es el más cínico, porque la única diferencia entre él y los demás es que tiene razones para justificarlo todo, pero no por hablar mejor eres una persona más inocente. Cada uno de los protagonistas tiene una emoción dominante y toman las decisiones desde un punto de vista distinto. Beto decide hacer las cosas por amor, Moco por dolor, Manu por rabia y Carlos es el que trata de decidir de una manera racional las cosas y representar ‘a la sensatez’. Creo que la violencia es un juguete rabioso, una vez que la pones en acción ya no la controlas, ella te controla a ti. Y una vez que empieza la montaña rusa de violencia ya no puede pararla él tampoco.

¿Violencia porque socialmente están rodeados de ella o porque en sus familias no encuentran un apoyo emocional?

Ambas cosas se complementan. Una sociedad con miedo es una sociedad represiva, donde hay bombas y no se puede salir a la calle, no puedes ir muy lejos porque a lo mejor hay apagón, una redada o un secuestro. La gente se aferra a lo que conoce y se vuelve más conservadora y le da miedo cualquier cosa. Eso crea una olla a presión de hormonas a punto de explotar en un colegio de hombres.

Andalucía al Día, Santiago RoncaglioloHablando de hormonas, hay un momento en el libro en el que se dice: ‘Soñábamos sexo, respirábamos sexo, desayunábamos sexo (…) era más fácil conseguir una bomba de hidrógeno que una mujer’

Sí, pero tenerlo realmente no lo tenían y ese es el problema. Las chicas eran una especie exótica para ellos. En ese momento el sexo no es una cuestión de deseo, sino de poder dentro del grupo. El que más conocimientos tiene de sexo, el que más chistes cuenta, el que más gestos sabe, etc., es el más poderoso. Y es obligatorio ser muy macho todo el tiempo y exhibirlo. En la adolescencia, cuando te toca convertirte en hombre, de un modo u otro, el único modelo que tienes es el de tu padre para imitarlo o rechazarlo, pero es el que hay, el que está en tu casa. Para cada uno de ellos su modelo de masculinidad está roto o ausente y eso los hace más frágiles y más débiles. Así que parte de su violencia se despliega para ocultar su fragilidad, porque es un mundo que no te permite serlo. Es un mundo que martiriza a los afeminados, a los tontos o demasiado inteligentes, a los raros… un mundo donde ser diferente se castiga. Y ser sexualmente diferente es la peor forma.

Y un día deciden vengarse de la señorita Pringlin ¿por qué?

La señorita Pringlin es accidental. Si hubiese habido otra víctima posible habrían ido a por ella. Pero la profesora representa el poder. Me interesaba también exponer una metáfora, que además la hemos visto en estas últimas elecciones en España, aparecen los nuevos, los rebeldes, prometiendo que van a revolucionar todo, y una vez que se instalan y tienen poder, son como los anteriores. Y creo que esto les pasa a estos chicos. Por un lado ellos odian el poder, y por otro lado, la señorita Pringlin cree que todo lo que está haciendo lo hace por el bien de los jóvenes.  El poder cree que hace las cosas por tu bien y tú puedes no estar de acuerdo, pero una vez que te rebelas, y tomas el control, eres como los cerdos del libro de Orwell que se convierten en ‘humanos’ una vez que les han robado el poder a las personas. Es un círculo vicioso del poder y la rebelión.

¿Hacemos una invitación a los lectores? ¿Qué van a encontrar en ‘La noche de los alfileres’?

Les diría que ‘La noche de los alfileres’ es un thriller sobre la adolescencia, la amistad y una historia -como muchas de las mías- de terror, solo que los monstruos y los fantasmas no están en el mundo sobrenatural sino en el corazón de las personas, en las historias de los países.

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