Existen muchas especies de actores. Los hay dotados para el drama, capaces de sobrecogerte en una tragedia griega; están los que se especializan en musicales, que te sorprenden bailando y cantando; encontramos actores que siempre hacen el mismo personaje, sea cual sea el proyecto, y sin embargo funciona, lo cual también tiene valía; existen actores comprometidos que escriben sus propias obras sociales y tratan de mejorar la sociedad con su oficio; tenemos actores que son buenísimos, todoterrenos, y que hacen bien los pongas donde los pongas, en una comedia de Oscar Wilde o en un clásico del siglo de oro español; y disfrutamos de actores, que quizá son los que más me sorprenden, dotadísimos para la comedia y el monólogo: Antonia San Juan, Rafael Álvarez, Álex O’Dogherty.
A esta última categoría, sin nada que envidiar a ninguno de los mencionados, pertenece Rafael Maza. Me perdí su anterior obra, Solo Fabiolo: glam slam, y desde que vi su espectáculo de anoche, Hey bro! Hipster show, estoy deseando que la reponga y la traiga a Sevilla, porque no me pude reír más. Cuando pensamos en monólogo se nos vienen a la cabeza los monólogos de El club de la comedia (un actor que habla directamente al público e interpreta un personaje cercano al actor mismo), pero Hey bro! Hipster show se aproxima más a una screwball comedy, por la cantidad de personajes que entran, salen y desfilan vertiginosamente. Rafael Maza, solo ante el peligro, es capaz de interpretar a una ramillete numerosísimo de personajes hilarantes en situaciones absurdas, sorprendentes, oníricas, sin perder jamás el hilo, sin tropezarse nunca, dándole a todo un ritmo trepidante. Y lo que creo que es más meritorio: sin decorado ni cambio de vestuario ni nada de nada, nos adentra en esa conferencia que nos da su personaje Andy para explicarnos el universo hípster, sus gustos y deseos y sus fantasías y su filosofía de vida, y nos permite ver lo que no estamos viendo, es decir, nos permite imaginar, soñar con los ojos abiertos, gracias a una asombrosa capacidad gestual, mímica y de malabares, gracias a un pasmoso talento para imitar personajes y crear nuevos, gracias a una voz maleable como la arcilla, gracias a todas estas competencias lo mismo nos pasea por la garganta de una ballena que por el interior de la China o la África más profunda.
Muchos actores tienen la suerte de llenar teatros gracias a la televisión o a las series que les dan popularidad (si hablamos de populares deberíamos conformarnos con ellos y no incluir a los actores de cine, por lo menos de cine español). Son pocos los que han conseguido una popularidad notoria a través únicamente del teatro. Rafael Maza la está consiguiendo por todo lo explicado, y yo les animo encarecidamente a acompañarlo en sus espectáculos, porque ¿quién no necesita abstraerse de sus problemas, disfrutar y ser feliz, aunque sea durante hora y media?